“Y vino Gedeón al Jordán, y pasó él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, mas todavía persiguiendo.”
El pecado no es cansarse, el pecado es detenerse. Ud no puede permitir que la bendición sea su límite. No soportamos lo que soportamos para recuperar solo lo que nos pertenece, no vamos a dejar que el cansancio nos diga que podemos o no recibir.
Cansados…. Pero todavía persiguiendo. Hoy quiero alentarte a que continúes. Hay más victoria por delante, pero solo se la llevará el persistente.
Gal 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
Isa 35:3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. 4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Si Gedeón no seguía en un tiempo se repetiría el ciclo de la opresión. Los madianitas y todos los pueblos saqueadores no tenían una presión permanente sino que de tiempo en tiempo le caían a los hijos de Israel y lo saqueaban. ¿no es eso lo que te pasa? ¿No te pasa eso en tu economía parece que todo va a andar bien y luego se pincha todo? ¿No te pasa eso en tu vida personal parece que venciste eso pero luego vuelve? ¿No te pasa eso en tu servicio a Dios, hoy te comes los chicos crudos y mañana hay que andar convenciéndote de que Dios aún te ama? ¿Sabe porque es eso? Porque cuando lo tenías al alcance no fuiste hasta el final. Dejaste al enemigo con vida, te consagraste el domingo, pero el lunes decidiste ser un cristiano normal. Predicaste el fin de semana, pero ahora volves al mutismo por miedo que te carguen. Decidiste ser gradualista en vez de ser radical en tu santidad.
Siga persiguiendo… aumente la consagración… aumente el testimonio… aumente el trabajo… aumente la dedicación… aumente el arrepentimiento… aumente la oración… Estoy cansado!!!! Lo sé… pero siga persiguiendo
Cuando salgo a caminar me doy cuenta lo poderosa que es mi mente… cuando estoy trotando me parece que nunca voy a llegar… y mi mente me empieza a decir: esta bien… demasiado… ya está… grande tu esfuerzo.
Pero yo sé que puedo más… si mi mente me convence yo me detengo y nunca rompo un límite.
La historia nos cuenta que Gedeón siguió adelante a pesar de su cansancio y que le asentó un golpe a su enemigo.
¿Qué pierdo si me detengo? Esta misma pregunta la pensó en su corazón el rey Joás cuando el profeta Eliseo le ordenó que golpeara en tierra con la flecha y este lo hizo tres veces y se detuvo. Eliseo estaba moribundo pero se enojo. ¿Por qué se enojó Eliseo? Porque se quedo corto…. Porque el Rey no aprovechó una palabra profética… Porque sólo buscó no perder… y en esto se trata de ganar todo lo que Dios tiene preparado para mí y para los míos.
Continua, hoy es un día para sostener la decisión de ayer, la adoración de ayer, la predicación de ayer… Agradezco la bendición recibida pero creo firmemente que la voluntad de Dios es que continue a pesar de lo que sea… aún de mi cansancio.
Señor, hoy cruzaré el Jordán de mi limite y aunque estoy cansado seguiré persiguiendo. Ayúdame a mantener la firmeza en mi paso, tu Santo Espíritu renueve mis fuerzas y yo puede ampliar la bendición para mi vida. Amén.